En mi praxis artística como campo de acción y reflexión indago y experimento distintas formas de representación del paisaje contemporáneo en diálogo con el concepto de Antropoceno, la era del mayor impacto del ser humano sobre la Tierra donde ya no existe una naturaleza prístima, pura e incontaminada. Estamos asistiendo a un momento de consagración, de epifanía donde el Antropoceno, deviene en una nueva aventura humana. Es por ello que, dada la urgencia de las problemáticas socioambientales de las que somos responsables, el pensamiento y tratamiento del paisaje no puede ir desvinculado de la conciencia ecológica.

Dejando de lado el enfoque perceptivo que puede surgir de una concepción del paisaje que se basa históricamente en la pura contemplación, es necesario comenzar a observar el entorno desde la comprensión de los acontecimientos que lo construyen. El paisaje es un lugar para la experimentación de los sentidos, por supuesto, pero también es un escenario para la comprensión de las interrelaciones existentes entre el individuo y la naturaleza.